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Música

Confeti de Odio marca el inicio de una nueva etapa artística para el madrileño Lucas De Laiglesia

Confeti de Odio se muestra más ambicioso que nunca en Tragedia Española, su álbum debut.

 

No es casualidad que el primer álbum de Confeti de Odio se llame Tragedia española ni que en la portada Lucas De Laiglesia parezca un híbrido entre Lucio Battisti y el J de los 90. Más allá de parecidos razonables con este último, el de Axolotes Mexicanos despliega un arsenal de variables pop para todos los gustos.

Confeti de Odio se muestra más ambicioso que nunca en Tragedia Española, su álbum debut. Sin embargo, no es una mera exploración del carácter extravagante y ácido con el cual se presentó en sus primeras grabaciones, sino que funciona a modo de escrito confesional. Entre melodías de rock épico, Confeti de Odio va desnudándose poco a poco ante nosotros, quebrantando la imagen ególatra y fría que teníamos de este personaje.

Por: Mané López

Confeti de Odio se muestra más ambicioso que nunca en Tragedia Española, su álbum debut. Sin embargo, no es una mera exploración del carácter extravagante y ácido con el cual se presentó en sus primeras grabaciones, sino que funciona a modo de escrito confesional. Entre melodías de rock épico, Confeti de Odio va desnudándose poco a poco ante nosotros, quebrantando la imagen ególatra y fría que teníamos de este personaje.

Tragedia Española y una foto dramática de Confeti de Odio en primer plano. Acompañado de un póster dentro del vinilo con la cara de Lucas De Laiglesia. Plagado de preocupaciones acerca de la gente que irá a su funeral y que realmente estará triste por su fallecimiento, romantizando y banalizando así la muerte. ¿Qué esperar de un personaje que se vende así en su primer álbum de estudio?

Comentaba con una amiga que cómo es posible que Lucas se presente al mundo con esta actitud. Error por mi parte, me indicó: éste que vemos no es Lucas De Laiglesia, sino Confeti de Odio, el personaje de carácter flamboyant creado à la Morrissey con el que bromea sobre la muerte, se alimenta de los dramas nocturnos e incrementa a cada compás su ego. Tomando como verdadera esta premisa (la del personaje por encima de la persona), Tragedia Española adquiere un nuevo significado para constituirse como manifiesto y destrucción de este alter ego. Pero no adelantemos acontecimientos, vayamos al principio.

Confeti de Odio es el proyecto musical de Lucas De Laiglesia, un músico madrileño que apareció de la mano de Snap! Clap! Club en 2018 con el EP Llorar de Fiesta. Producido por Carlos René, en aquellas cinco canciones Lucas nos empezaba a introducir en el particular universo de Confeti de Odio, un personaje algo cínico que escupía ácidas críticas hacia el mundo que le rodeaba sobre un colchón de rock de dormitorio.

Confeti de Odio marcaba el inicio de una nueva etapa artística para el madrileño, alejándose de lo facturado hasta entonces bajo el pseudónimo de Lucas Vidaur (un proyecto influenciado por Teen Suicide y la indietrónica). Aquel proyecto era embaucador, pero demasiado tímido. Confeti de Odio, en cambio, lejos de ahogarse en la bajona y el drama, utiliza todos esos elementos para empoderarse y mostrarse fuerte, ególatra y, como digo, flamboyant.

Este Tragedia Española supone, por lo tanto, la evolución lógica de Confeti de Odio, abandonando finalmente el dormitorio donde nació para abrazar cierta épica a caballo entre el rock y los matices orquestales de Perfume Genius (como bien ha comentado él mismo en alguna entrevista). Al abrazar la extrema belleza de Mike Hadreas, Confeti de Odio consolida un personaje henchido de ego y, además, añade un toque distintivo (muy necesario) a su música. Y es que no podemos perder de vista que este álbum llega masterizado por Carlos Hernández y producido por Juan Pedrayes (su compañero en Axolotes Mexicanos y batería de Carolina Durante).

Tragedia Española supone la evolución lógica de Confeti de Odio respecto a sus primeras grabaciones, abandonando finalmente el dormitorio donde nació para abrazar cierta épica a caballo entre el rock y los matices orquestales de Perfume Genius.
¿Cuáles son las consecuencias de todo esto? Que es imposible no pensar en esos grupos cuando Tragedia Española abraza el rock más directo. Por suerte, eso no ocurre tanto en las letras (en las que me detendré más adelante). Confeti aborda el teen angst, la crisis de identidad y las relaciones amorosas de una forma parecida a la de Diego Ibáñez, pero consigue encontrar un resquicio de originalidad al orbitar alrededor del personaje “Confeti de Odio”.

A pesar de ello, resulta complicado no meterle en el mismo saco tras escuchar los hits más directos de Tragedia Española: “Muchísimo”, “Dale Una Oportunidad al Amor” (ojo a la introducción coral tan del primer Bon Iver / Beach Boys) o el power-pop de “Todas Las Guillotinas Van Al Cielo”, un tema que me hace pensar en una versión hipervitaminada de El Buen Hijo.

Evidentemente, de haber seguido el mismo patrón en todos los momentos más rockeros y directos del álbum, se habría convertido en un punto bastante negativo. Sin embargo, son casi excepciones que funcionan como puntos de anclaje dentro de Tragedia Española. Momentos en los que nadie se puede perder y radiofórmulas necesarias para que este personaje cumpla su aparente ambición: llamar la atención.

Confeti de Odio – Muchísimo

Pero hay mucho más. Recordemos que el personaje de Confeti busca abrazar el ‘más es más’ y la épica rockera; es ahí donde encajan “Mi Funeral” y “Minuto de Ruido”, canciones cuyos conceptos líricos (e incluso musicales) muestran una nueva cara del personaje.

“Mi Funeral” cierra el disco a partir de una introducción de guitarra, piano y sintetizadores que abrazan un clímax bellísimo, al cual llegamos entre toques de cuerdas aquí y allá con las que se reivindica al personaje ególatra de Confeti de Odio. Pero, ¿acaso es necesaria otra canción que hable de esto?

Volvemos al principio: en la superficie (título, carátula y conceptos previos) se nos presenta a Confeti de Odio como este carácter de actitud extravagante y ególatra. Ciertas canciones al principio del tracklist, como “Todo Muere” con su apertura de piano, su letra lacerante y su éxtasis final (hay cierto paralelismo con “Otherside” del No Shape de Perfume Genius, de hecho), “Triste de Verdad” (con su estilo vintage tan de baile de instituto) o la reposada “Ansiedad (Has Vuelto a Mí)”, presentan a este king of drama over the top con una serie de metáforas algo ambiciosas.

Hasta aquí esa es la tónica habitual, pero conforme nos adentramos en el elepé Confeti de Odio se va desprendiendo de capas para mostrarnos o bien al propio Lucas De Laiglesia o bien al auténtico personaje, ese al que realmente le dan igual todas las apariencias y sólo quiere dormir junto a la chica que le gusta.

Es aquí cuando entra en juego “Minuto de Ruido”, si acaso la canción más redonda de todo este trabajo. A partir de una introducción fantasiosa, un piano brillante (en sintonía con el “Loud Places” de Jamie xx) y una estructura que comienza en la línea melancólica de “Erosky” de La Estrella de David para acabar en una explosión final de arena rock romántico, Confeti de Odio nos ofrece la clave para entender todo su trabajo:

“Porque el arte no me importa, ni los discos ni la ropa,
Sólo con sentirte cerca siento que puedo dormir.
Y es que el resto a mí me sobra, ni las guerras ni las drogas
Van a hacer que me parezca que sin ti puedo dormir”

Es aquí cuando Confeti de Odio se desnuda por completo, en este puente de dimensiones épicas. ¿Qué más da el postureo, el arte y los vicios si no podemos estar con quien amamos? Esa es la pena que arrastra Confeti de Odio, quien se escuda en los escenarios detrás de su carácter performático y ególatra. Pero tras esta fachada nos encontramos a un mero mortal con sentimientos universales (es suficiente con escuchar la intimista “Última Noche en el Hospital” para darnos cuenta de que no todo es odio y acidez lírica).

Confeti de Odio – Hoy Será un Día Horrible

La dimensión que cobra el personaje de Confeti de Odio resulta mucho más interesante tras escuchar y profundizar en Tragedia Española. Detrás de toda su ambición artística y esa lírica que alimenta su ego, nos encontramos con un personaje víctima de su propio ser, del público que espera de él este odio hacia ellos y su entorno.

Tragedia Española es un golpe sobre la mesa de Confeti de Odio (o del propio Lucas, quizá nunca lo sepamos), cantando en primera persona y de corazón sobre el teen angst y todos los males que azotan a su generación. Deja de ser un actor para mostrarse como una persona real, y quizá sea esto, junto a una producción redonda, lo que termina de conseguir que nos atrape tanto su obra como su persona.

 

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