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Laure de Clermont-Tonnerre presenta un primer largometraje convincente, grabado en Estados Unidos, sobre la redención de un detenido gracias a la doma de un caballo salvaje.
“Respeta su espacio y él respetará el tuyo”. Al igual que los dos protagonistas de su primer largometraje, The Mustang , estrenado fuera de competición en el Festival de Sundance y en los cines franceses el 19 de junio a través de Ad Vitam, Laure de Clermont-Tonnerre ha encontrado el equilibrio en una empresa que muy pocos cineastas franceses han perseguido: grabar en Estados Unidos y enfrentarse a dos géneros emblemáticos del oeste del país como son el drama carcelario y la incursión en el ambiente de los cowboys, ya que la película se centra en la doma de mustangs salvajes. Una atmósfera viril donde la directora imprime un estilo eficaz y respetuoso de los códigos inyectando una discreta sensibilidad personal a un argumento rugoso que aborda temas como el cautiverio, el salvajismo y el control sobre uno mismo.
“No me llevo bien con la gente, devuélveme al agujero”. Para Roman Coleman (el belga Matthias Schoenaerts, perfecto en este papel físico y explosivamente introvertido), que acaba de ser transferido a una nueva prisión y que todavía se encuentra en aislamiento, la entrevista de preclasificación (un cuestionario de respuesta múltiple sobre las diferentes reacciones posibles cuando uno sorprende a su esposa en la cama con otro) es un verdadero suplicio. Nuestro prisionero, mudo y tenso (cuyo delito desconocemos durante gran parte de la película), sólo recibe la visita de su hija, cuyo único objetivo es hacerle firmar una solicitud de emancipación para poder vender la casa familiar y mudarse lejos. Integra el ala D, sección 3, de un establecimiento carcelario bastante peculiar puesto que cuenta con un programa de doma de mustangs salvajes que posteriormente serán vendidos en una subasta.
Matthias Schoenaerts en “The Mustang”
Roman, que carece de experiencia en la materia y está aterrorizado ante la potencia y la furia del animal (“Es peligroso y loco”) con el que será propulsado hacia un corral por Myles (Bruce Dern), el domador jefe (“Si consigues aguantar cinco segundos, entras en el programa”), se iniciará progresivamente en las sutilezas de la relación con el caballo (“Hacerlo avanzar, detenerse a mitad de camino, no mirarlo a los ojos”, “Tienes que relajarte para conectar con él”, “Para dominar un caballo, primero hay que dominarse”, “Tienes que ser paciente si quieres conseguir tocarlo”, “Todo es cuestión de equilibrio y concentración”). Se establece un vínculo entre el dolor y la delicadeza, la violencia y la ternura, que transforma a Roman en su percepción y aceptación del otro y de sí mismo. Pero en una prisión ningún derecho se da por adquirido y menos cuando el instinto salvaje no puede frenarse, cuando en una fracción de segundo puede tambalearse todo…
The Mustang, muy realista, sobre todo en las impresionantes escenas de doma, mezcla una sutil simplicidad narrativa (el guión fue escrito por la directora, Mona Fastvold y Norman Brock, en colaboración con Benjamin Charbit) con una gran sensibilidad emocional que debe mucho a la interpretación de Matthias Schoenaerts. La película, que explora a través de la acción el apasionante tema de la gestión de la cólera, también se permite el lujo de ofrecer impresionantes secuencias de los suntuosos y vastos paisajes áridos de Nevada. Estas cualidades hacen de este primer largometraje uno de los debuts más sólidos y de Laure de Clermont-Tonnerre una cineasta prometedora cuya carrera, entre Estados Unidos y Francia, será interesante seguir de cerca.
The Mustang, producida por la empresa parisina Légende, ha sido coproducida por France 3 Cinéma, Mact Productions y C2M Productions, las compañías belgas Nexus Factory y Umedia, y la británica Anima Films. Focus Features gestiona las ventas internacionales.
La directora francesa Laure de Clermont-Tonnerre habla de su primer largometraje, The Mustang, grabado en Estados Unidos, estrenado en Sundance y que ahora llega a los cines franceses.
The Mustang , protagonizada por el belga Matthias Schoenaerts, muy bien acompañado por Jason Mitchell, Bruce Dern y Gideon Adlon, es el primer largometraje de la directora francesa Laure Clermont-Tonnerre, grabado en Estados Unidos y en lengua inglesa. La película, estrenada fuera de competición en Sundance, llegó a los cines franceses el 19 de junio de la mano de Ad Vitam.
Entrevistador: ¿Por qué, después de tu cortometraje Rabbit, decidiste seguir explorando el tema de la rehabilitación de los reclusos a través del contacto con animales?
Laure de Clermont-Tonnerre: Siempre me ha interesado el sentimiento de tristeza, el impacto del castigo y de la prisión en el hombre, lo absurdo del sistema carcelario. Sin embargo, la terapia animal permite reeducar al hombre, curar las heridas. He investigado durante varios años el concepto de segunda oportunidad porque pienso que cuando se escribe sobre este tema, nos habla una parte de nosotros mismos. Eso me ha permitido explorar una zona un tanto opaca de mí misma porque yo me identifico mucho con el tema del confinamiento. De hecho, es algo muy personal.
Grabar en una prisión, con antiguos reclusos en el reparto y la doma de mustangs: ¿Por qué decidiste preservar al máximo la autenticidad?
Es mi proceso creativo: me gusta investigar y mi visión de cineasta fluye. Cuando leí el artículo sobre terapia animal que inspiró Rabbit, continué investigando sobre el tema y descubrí la existencia de este programa de rehabilitación con caballos salvajes en Nevada. Y fui a verlo inmediatamente. Entrevisté a varios hombres que me inspiraron mucho y me permitieron crear el personaje de Roman, el protagonista de la película, de profundizar y añadir detalles específicos que han dotado de realidad a la historia, y que me han dejado libertad de invención cinematográfica como la tormenta, los caballos en la cocina, la liberación del mustang y otros tantos elementos que no son reales y que proceden de mi imaginación. Me gusta la mezcla de autenticidad, ficción, poesía y sueños. Creo ficción a partir de la realidad.
Se dice que los rodajes con animales son una pesadilla. ¿Cómo fue el tuyo con los mustangs?
Teníamos un entrenador de caballos muy experimentado que había trabajado, en entre otras películas, en El corcel negro y El hombre que susurraba a los caballos, y que comprendía muy bien las exigencias del guión y sabía cómo integrar un caballo a un equipo de rodaje. Dirigió muy bien el trabajo con los caballos, que no era fácil, y que demandaba mucha disciplina al equipo y a los actores.
En cuanto a la puesta en escena, hay muchos contrastes entre el interior y el exterior de la prisión. ¿Qué intención tenías?
Yo quería trasmitir vértigo entre el interior y el exterior, con un interior un poco claustrofóbico y un exterior que sigue los movimientos del caballo y del hombre; esa danza, ese diálogo visible muy coreografiado, pero siempre con una parte de improvisación. He elegido un director de fotografía, Ruben Impens, dotado de una cámara profunda que permite agilidad en el encuadre. También era importante crear un montaje conciso. Además, el sonido tenía que apoyar la puesta en escena. Todo se construyó sobre esta ambivalencia y dualidad.
Una cineasta francesa, un primer largometraje en lengua inglesa y grabado en Estados Unidos: ¿Cómo conseguiste financiación para esta película?
Fue una proeza. Siendo francesa y Matthias Schoenaerts (que se unió rápidamente al proyecto), belga, el primer paso fue conseguir el dinero en Europa. Contamos con el apoyo de France 3, Canal+, y la exención tributaria belga, pero nos faltaba la mayor parte. Poco después, se sumó la distribuidora estadounidense Focus Features, y una participación inglesa.
¿Cómo influyó la participación del proyecto en el Sundance Lab y la presencia de Robert Redford como productor ejecutivo?
Eso nos dio un sello de calidad y confianza. Los Labs de Sundance son muy selectivos y, en Estados Unidos, encontré un nido y una familia creativa que me ayudó y me permitió hacer mis investigaciones. Obtuve una beca de Sundance y otra de escritura de San Francisco Film Society. Y es cierto que generó cierta curiosidad que Robert Redford haya participado en la película en calidad de padrino creativo.
THE MUSTANG | Official Trailer | Focus Features